Mis imágenes

 

Mi padre tenía una cámara Leica para película 35mm desde 1935. En principio era aficionado, pero como ingeniero muy interesado en el progreso técnico de emulsiones fotosensibles. En 1945, poco después de la guerra, la preciosa Leica fue canjeada por cosas profanas como carbón y comestibles. Mi herencia consistía en la enorme experiencia fotográfica de mi padre, una ampliadora Leitz, más un conjunto para revelar películas y papeles en blanco y negro.

1945 · Una de las últimas fotografías realizadas poco antes de vender la Leica · Mis padres, mi hermana y yo

 

En mi undécimo cumpleaños recibí la primera cámara, una Agfa Synchro-Box para carretes 6 x 9cm / 8 imágenes. En Navidad fue reemplazada por la famosa Agfa-Clack. Dos años más tarde se me regaló un simple modelo de pequeña imagen 24 x 36mm con el fantástico nombre Explorer. Por las imágenes de este tamaño me independicé del droguero y su modesto laboratorio. Mi laboratorio era aún más modesto, pero era mío. Con la creciente práctica en el trabajo con la química entre revelado, vinagre y sal de fijación dije adiós al droguero y sus elaboraciones con papel tipo borde de la cubierta que no me gustaba nada.

El año 1956 marcaba el comienzo de mi hobby crear imágenes de luz y sombra con esta caja

 

En 1968, por mi carrera profesional, me fui a parar en Madrid. Aprovechaba de cada día libre para viajar por Francia, España, Italia, África del Norte y África Occidental. La mayoría de las veces a solas. Pero siempre con un silencioso acompañante en forma de una cámara Yashica.

 

Ocasionalmente, un 135mm teleobjetivo puede ser útil. Sin embargo, no es necesariamente mi médium fotográfico. En zonas solitarias me sentía de vez en cuando como salteador de caminos, fotografiando alguien por detrás sin que lo supiera. En una muchedumbre me sentí como un ladrón robando a distancia. Sea como fuere, hasta ahora en la era digital guardo la Yashica y el Yashica zoom como reliquias. Habían contemplado muchas situaciones extraordinariamente íntimas con sus ojos de cristal.

1970 · Al sur de Granada en las Alpujarras      1973 · Fiesta en Las Palmas de Gran Canaria

 

Los quince años que mi mujer y yo pasábamos en la isla de Eivissa, estaban marcados por la vecindad de los hippies, su influencia en la vida cotidiana y la inspiración artística. Allí, por fin, disponía yo del equipamiento típico de un fotógrafo aficionado de los años setenta y ochenta: una cámara réflex Praktica de VEB Pentacon Dresde y una Pentax de Asahi Optical del Extremo Oriente. Ambos aparatos eran modelos estándar con objetivo 50mm. Se utilizaba material de película en blanco y negro 25 ASA, disponible en género al metro de Agfa Múnich, película en color y diapositiva 50 ASA de Agfa Wolfen y Kodak. Hacía yo el tratamiento del material blanco y negro en mi laboratorio en Santa Eulalia / Eivissa, empleando preferiblemente papel semibrillante de Ilford. Los productos en color los elaboraban laboratorios profesionales, Kodak en Madrid, Agfa Wolfen en un sitio cerca de la frontera portuguesa.

 

Las fotos expuestas (Gallery Secret Lives, Eivissa D’Alt Vila, 1978) fueron realizadas en tamaños que iban de 20 x 30 a 30 x 45 cm. La foto de mi avatar actual tenía 50 x 75 cm. En la inauguración, el segundo cuadro más grande recibió después de pocos minutos un punto rojo: ¡vendido!

 

Otra foto decorada un poco más tarde con un punto rojo sería bastante delicada para una página web, cuyo tema se enfoca principalmente en la literatura. Sin embargo, nadie se debiera extrañar por cosas poco corrientes como pantalones cortos de cuero o incluso esposas. Al fin y al cabo figuran como actores de reparto en mis novelas.

1978 · La suerte cambiante de jóvenes peleándose